15-Marzo: Parc natural de s'Albufera de Mallorca

CANCELADA POR PREVISIÓN DE LLUVIA.

Punto de Encuentro: Parking Polideportivo Municipal Son Moix (enfrente pistas de tenis)
Hora: 10'00 horas

Parc natural de s'Albufera de Mallorca

Camí d'Enmig - Ses Puntes

Dificultad: Media-Baja
Distancia: 11.5 km
Opcional: llevar o alquilar bicicletas (informar al organizador)
Recomendable: llevar prismáticos.
Transporte: coches particulares




Este itinerario es el más largo que puede realizarse en el Parque. Nos permite recorrer los diferentes ambientes que se encuentran en él y tomar contacto con parte del patrimonio etnológico de S’Albufera. Es un recorrido que rodea casi todo el Parque.

El recorrido comienza delante del centro de interpretación Can Bateman; podemos visitarlo antes o después del itinerario. Nos permitirá conocer la historia de S’Albufera y nos introducirá en sus principales características físicas y biológicas.
Etapas
Tomaremos el camino que parte a la derecha, hacia el norte. Después de cruzar un puente de madera, llegaremos hasta el puente de Sa Roca, que cruza el Gran Canal. Desde este puente ya debemos fijarnos en la flora y la fauna que nos rodean. Los olmos (Ulmus minor) sostienen el sustrato de las riberas que trascurren paralelas al Gran Canal y que forman los caminos principales de S’Albufera. Forman el llamado «bosque de ribera», que en verano ofrece una agradable sombra. Las aves acuáticas que fácilmente observaremos son las fochas (Fulica atra) y el ánade real (Anas platyrhynchos). El galápago europeo (Emys orbicularis) se deja ver mientras toma el sol, y el halcón de Eleonor (Falco eleonare), en primavera y en verano.

En dirección a la torre de observación de la punta de Es Vent, recorremos el camino de Enmig, que antes comunicaba el pueblo de Sa Pobla con el mar. El cañizo (Phragmites australis) de las orillas es delgado y alcanza los 5 metros de altura. Se encuentra en zonas de agua dulce y en invierno aparece seco, mientras que reverdece en primavera.

Subiremos a la torre de observación que nos encontramos en el camino. Nos permitirá observar una panorámica del Parque desde un punto elevado, además de los pueblos de Muro y Sa Pobla.

Este punto es donde confluyen los dos torrentes (Muro y Sant Miquel) que bajan desde la Serra de Tramuntana y nutren de agua la zona húmeda. Este mirador nos permite distinguir la caña, del cañizo y la masiega. La caña (Arundo donax) es una gramínea leñosa de origen oriental, gruesa y de 6-7 metros de altura. El cañizo es autóctono y más abundante, pero más delgado. La masiega, (Cladium mariscus) es muy abundante forma herbazales llenos de hojas dentadas que pueden cortar la piel.

En verano, a las orillas de los canales, puede verse cazando a la garza imperial (Ardea purpurea), de medida grande y coloración gris y rojiza. Se alimenta de peces, cangrejos y ranas. Las lisas (Chelon labrosus), peces muy abundantes en los canales, suelen ir en grupos numerosos.
Después de la parada en la torre, continuamos por el camino de Enmig hasta llegar a una barrera y a la zona de los puentes de hierro, muestras de la arquitectura industrial del siglo XIX en S’Albufera. Por debajo del puente de Can Blau pasa el torrente de Sant Miquel (debemos ir con mucho cuidado en este tramo, porque es una carretera que lleva mucho tráfico).

Siguiendo las indicaciones, nos adentramos dentro del camino que, dejando atrás el mástil meteorológico de GESA y las acequias de Son Senyor y Son Amer, nos conducirá hasta el puente de Son Carbonell, que cruza el torrente de Muro. Este puente y el anterior son los primeros puentes de hierro de la historia de Mallorca y fueron fabricados en Inglaterra a partir del proyecto de desecación de 1866. Cada uno descansa sobre unos cimientos formado por doscientas estacas de pino.

En esta zona todavía puede observarse un sistema de cultivo tradicional llamado veles o bancales (Sa Marjal). Es un sistema de huerta construido sobre terrenos antiguamente anegados, que se ganaban al agua excavando acequias y acumulando la tierra extraída en parcelas.

En esta zona podemos disfrutar observando la orquídea de los pantanos (Orchis robusta), que florece en primavera en las zonas encharcadas. Entre la vegetación podemos observar a la arisca garcilla cangrejera (Ardeola ralloides), pequeña garza de color crema. En invierno, uno de los pájaros más abundantes es el estornino pinto (Sturnus vulgaris): por las tardes es todo un espectáculo ver sus bandadas cuando van a acostarse dentro del cañizal.

Seguimos nuestro recorrido por el camino de Es Polls. Su nombre hace referencia a los árboles que nos acompañan durante el camino: los álamos blancos (Populus alba), muy altos, característicos de orillas de canales y torrentes porque demandan zonas con mucha humedad. Por otro lado, nos acompaña la acequia de Es Polls, muy relacionada con la fuente de Sant Joan (Muro), porque la nutre de agua dulce. Seguramente encontraremos ganado paciendo en el camino (no hay peligro, si no los molestamos): se trata de vacas y toros de raza autóctona mallorquina, que de un modo ecológico y sostenible controlan la vegetación para que no crezca desmesuradamente y, al mismo tiempo, reducen el peligro de propagación de incendios.
Llegaremos al puente de Sa Font, por debajo del cual transcurre el agua más limpia del Parque, procedente de la fuente de Sant Joan.

En este punto conviene que estemos pendientes de las indicaciones, porque nos adentramos en uno de los caminos rurales que rodean el Parque, donde se ven los usos agrícolas actuales de la periferia y los sistemas de extracción de agua del subsuelo para regar los cultivos mediante norias. El paseo nos lleva a la zona de S’Amarador: el nombre hace referencia al antiguo estanque existente en este lugar, en el que se enriaba todo el cáñamo que se producía en S’Albufera y sus alrededores. En el año 1991 se procedió al dragado de gran parte de dicho terreno abolido y se recuperó un nuevo espacio de aguas libres: la laguna de S’Amarador.

Es esta zona crece en abundancia la espadaña (Typha dominguensis), planta que se ha utilizado tradicionalmente para encordar sillas.

Después de disfrutar de la laguna de S’Amarador, continuamos nuestros descubrimientos a través del camino de En Pep. Puede convertirse en un desfile de aves. El calamón (Porphyrio porphyrio) a menudo es visto cruzando el camino. Es un pájaro grande y achaparrado, de coloración azul y con el pico rojo, que vive dentro del cañizal espeso. En el siglo pasado había desaparecido de la zona y en los años noventa fue reintroducido en el Parque. La polla de agua (Gallinula chloropus) se deja ver igualmente por el camino. También puede llamarnos la atención un ave rapaz mediana y de coloración oscura que sobrevuela el carrizal: se trata del aguilucho lagunero (Circus aeruginosus).
Al final del camino encontramos la zona llamada Ses Puntes, formación de dunas fósiles donde se conforman diferentes ambientes: pinares, humedal dulce y humedal salado, cultivos, y restos de usos y arquitectura agrarios. Lo primero que se ve son los restos de las casas de Ses Puntes.

Ésta es una zona en la que vale la pena que nos fijemos bien: se ve el canal Riego, bien conservado, y las plataformas de observación de Ses Puntes y Es Ras nos permiten observar, desde un punto de vista elevado, la fauna que habita entre la vegetación.

El pinar de Ses Puntes conserva lozanos pinos carrascos (Pinus halepensis), que crecen sobre las dunas fósiles formando pequeñas islas de gran belleza paisajística y riqueza ecológica. En la colina de Ses Eres, que recibe el nombre de una antigua era, que actualmente no se ve, era donde se trillaba el arroz cultivado en S’Albufera. Hay algunas higueras (Ficus carica) que han surgido de las semillas que los pájaros comen y después esparcen. Algunas son restos de las que fueron sembradas en tiempos del cultivo del arroz.

Es un buen lugar para observar en verano el abejaruco común (Merops apiaster), ave insectívora llena de colores. Vive en las zonas donde hay áreas arenosas, y caza libélulas y abejas. Prepara su nido en agujeros muy profundos dentro de la arena. En invierno migra hacia África, para regresar en la primavera siguiente. La garceta común (Egretta garzetta) es una ave de medida media, totalmente blanca, que cría desde hace pocos años en los pinos.

Ya entramos en la última fase del recorrido, que enlaza con el camino principal de acceso al Parque. Justo en esta encrucijada está el puente de Santa Margalida. Allí podemos optar por regresar hacia el centro de recepción y visitar el centro de interpretación, si no lo hemos hecho antes, o ir en dirección a la salida del Parque y dar por acabado nuestro paseo.

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